La micología es la ciencia que se dedica al estudio de los hongos.1​ Es una de las áreas de la ciencia más extensas y diversificadas que aporta avances significativos a la investigación científica y al desarrollo tecnológico.

En civilizaciones como la griega, romana e hindú, los hongos se han considerado alimentos sagrados. A partir de los datos contenidos en la obra de fray Bernardino de Sahagún y a fragmentos del Popol Vuh y el Chilam Balam, sabemos que en la cultura mesoaméricana prehispánica, los hongos adquirieron un rango elevado y llegaron a considerarse comida de dioses y reyes. Quizás en Mesoamérica esta relación tenga que ver más con los hongos alucinógenos que con los alimenticios. Esta costumbre de ingerir hongos con un fin místico o enteogénico, continúa en algunas culturas hasta nuestros días.

Hasta el siglo XVIII, los únicos hongos conocidos eran los macromicetos, que desarrollan cuerpos frutíferos visibles, pero gracias al uso del microscopio fue que se tuvo conocimiento de la existencia de hongos microscópicos. Con el estudio de varias especies se ha logrado entender el comportamiento de diversas enfermedades asociadas a los hongos, el efecto de determinadas sustancias secretadas por ellos, su aprovechamiento en la alimentación, la fermentación de bebidas alcohólicas y el desarrollo de antimicóticos.