La primera vez que se utilizó el término “biología” fue en 1800 en Alemania. Como curiosidad fue utilizado de manera por tres naturalistas de la época de forma independiente: Karl Friedrich Burdach, Gottfried Reinhold Treviranus y el más famoso de ellos, Jean Baptiste Lamarck. Sin embargo, la palabra biología ya había sido utilizada anteriormente por Michael Christoph Hanow en 1976 en el volumen 3 de su libro Philosophiae naturalis sive physicae dogmaticae: «Geologia, biologia, phytologia generalis et dendrologia».

Los primeros estudios sobre biología se remontan al Ayurveda (medicina del Antiguo Egipto), a Aristóteles (en gran medida) y a Galeno (uno de los más famosos médicos de la historia de la humanidad). Pese a la oscuridad de la Edad Media la biología continuó estudiándose gracias a grandes médicos musulmanes como Avicena.

Es a partir del Renacimiento y la Edad Moderna cuando la biología empieza a ser la ciencia que es hoy en día. La biología comienza a basarse en hechos empíricos y observaciones de la naturaleza de una forma más experimental, de esta época es Linneo uno de los biólogos naturalistas que inventó el sistema de clasificación de las especies y nombró a muchísimas de ellas junto con Buffon.

Se puede hablar de biología como ciencia moderna, autónoma de la medicina, desde finales del siglo XVII cuando se inventan los primeros microscopios y así pueden estudiar los organismos extremadamente pequeños, más información en este post sobre la historia del estudio de la célula.

De hecho en el siglo XIX se empezó a hablar de la teoría celular (que veremos con más detalle más delante), de los organismos, su estructura, la teoría evolutiva de Darwin, las leyes de la genética de Mendel, que a lo largo de los siglos darán origen a las distintas ramas de la biología moderna y que son la base de lo que es la biología hoy en día.

En el siglo XX la biología se enfocó más en los componentes químicos de la materia viviente y su observación a través de microscopios electrónicos. Una de las razones por las que este enfoque ha prevalecido durante mucho tiempo como base de estudio fue el desarrollo del concepto de homeostasis por Claude Bernard:

Dentro de la biología, la homeostasis se define como la capacidad de los organismos vivos de mantener su condición estable interna mediante intercambio de materia y energía con el entorno, generalmente a través del metabolismo y es la base del funcionamiento del sistema endocrino. Algunos ejemplos de homeostasis son la regulación del pH de la sangre o la regulación de la temperatura corporal de los mamíferos. La homeostasis es necesaria por las interacciones con el entorno y para independizar los organismos vivos de las condiciones externas.

A diferencia de la física, la biología no suele describir sistemas biológicos en términos de objetos que obedecen leyes inmutables descritas por la matemática. No obstante, se caracteriza por seguir algunos principios y conceptos de gran importancia, entre los que se incluyen: la universalidad, la evolución, la diversidad, la continuidad, la homeóstasis y las interacciones.

UNIVERSALIDAD

Hay muchas constantes universales y procesos comunes que son fundamentales para conocer las formas de vida. Por ejemplo, todas las formas de vida están compuestas por células, que están basadas en una bioquímica común, que es la química de los seres vivos. Todos los organismos perpetúan sus caracteres hereditarios mediante el material genético, que está basado en el ácido nucleico ADN, que emplea un código genético universal. En la biología del desarrollo la característica de la universalidad también está presente: por ejemplo, el desarrollo temprano del embrión sigue unos pasos básicos que son muy similares en muchos organismos metazoo.

EVOLUCIÓN

Hay muchas constantes universales y procesos comunes que son fundamentales para conocer las formas de vida. Por ejemplo, todas las formas de vida están compuestas por células, que están basadas en una bioquímica común, que es la química de los seres vivos. Todos los organismos perpetúan sus caracteres hereditarios mediante el material genético, que está basado en el ácido nucleico ADN, que emplea un código genético universal. En la biología del desarrollo la característica de la universalidad también está presente: por ejemplo, el desarrollo temprano del embrión sigue unos pasos básicos que son muy similares en muchos organismos metazoo.